domingo, diciembre 29

Buscando la libertad

No podía cantar. Me retumbaban las paredes del cráneo como si tuviera el cerebro en una burbuja de agua a presión. Y los oídos. Dolían. Para qué iba a cantar si no me satisfacía. Me sentía peor que antes. Y pensaba, esto sirve para algo. Sirve porque si un día yo de verdad no puedo cantar, tengo que buscar otra forma de ser libre. Y la verdad que con tanta molestia en el piso de arriba, mi búsqueda terminó en el silencio. En un punto, hasta las mandíbulas se me trababan. Vaya uno a saber por qué; eso no es lo que estoy planteando. Los desarreglos físicos van y vienen. El cuerpo va y viene. Pero mientras tanto, mi tangente garantizada de libertad perdía vigencia frente a mis ojos. Frente a todos mis días. El tono, no era la onda expansiva de antes. Se escapaba por la garganta para abajo, golpeaba las puertas de mis oídos y no podía escapar. Volvía a mi cerebro. Chocaba abrumadoramente contra mi coronilla y me temblaban los dientes. Y ese sonido espantoso salía por mi boca buscando la libertad sin dármela. Tan insulso. Me rendí al silencio. Al parecer, el eco de las olas dentro de mi cabeza me empezó a aturdir. Qué sé yo. Comía para no sentir. En un punto, el silencio era mi única opción. Pero inmediatamente descubrí que no era más beneficiosa que cantar esa cosa espantosa que salía de mí. Me resisto a cantar esa bazofia, despropósito total, no. Ah…no. Íiii…¡no!

Los días de silencio fueron absolutamente productivos, sin embargo. A veces el silencio es como cantar. Cantar es como escuchar nada en concreto y todo en su esplendor. A veces el silencio es como gritar. Gritar por los ojos, por la piel. Sobre todo por los ojos. Entonces por un lado, había tiempos de paz, equilibrio. Y por otro, tiempos de furia. Y así, en la indefinición verbal, también descubrí el círculo, la existencia de pívot sin control, un gran sinsentido. Hablando ponía palabras al sinsentido para entender. Pero hete aquí que prefiero, en gran parte, no entender. Mayores comprensiones derivan de no entender. La gran comprensión, la del círculo. Nada tiene sentido verbal. Sólo el círculo. 

domingo, diciembre 1

Los Juegos del Hambre

En los Juegos del Hambre, los victoriosos son maquillados y televisados con gran pompa para entretener a la sociedad, que realmente sufre de hambre, y así distraerlos de las verdaderas causas de aquello que sufren, y la forma de solucionarlo.
En los Juegos del Hambre, la protagonista se rehúsa continuamente a jugar, y enfrenta con mala cara y actitud desafiante cada show que le proponen. Su instinto de supervivencia la advierte de no traspasar los límites de la osadía, llevando a cada presentación en público a desenlaces ambiguos pero dentro de las reglas.
A veces de manera prudente, otras con arrebatos emocionales, ella logra darle cauce a la denuncia de que algo está mal con los juegos y el orden establecido. Esto le cuesta la antipatía de la presidencia y sus secuaces, los cuales logran sacar de la galera la forma de deshacerse de ella ofreciendo nuevos espectáculos de gran despliegue, sometiéndola aún más a la exposición pública y al miedo. El golpe de la noticia logra doblegarla; quiere escapar con su pareja. Una sincronicidad en el momento y lugar exacto la vuelve a introducir en el curso de los eventos cuidadosamente controlados por la presidencia: “Aquí me quedaré, a causar más problemas”.
Su lugar en la historia ya está planteado, a ella sólo le resta jugar y morir, habida cuenta de que sus competidores fueron calificados como “asesinos profesionales”.
Hasta aquí la tarea de la protagonista.
Dentro de la estructura gubernamental (Capitolio) se encuentra el personaje que revelará su carta casi al final de la segunda película. Este personaje es el Vigilante Jefe de los Juegos, figura de confianza para el presidente y todos los que lo rodean.  Supuestamente inspirado por la protagonista, que le ha generado alguna “urgencia” por así decirlo, él dispone el juego a su manera con el objetivo oculto de sacar a la protagonista de los juegos. Pero hay más. Este personaje viene a encarnar, precisamente, el liderazgo de la rebelión.
Una persona, un símbolo – el Sinsajo (en inglés, Mockingjay) – y una traición. Pareciera haberse revelado la fórmula de la rebelión. No es la primera vez que un ave simboliza la búsqueda de la libertad (recordemos la Grulla para los japoneses, por ejemplo), ni será la última. Éste pájaro es resultado de la cruza entre dos especies muy particulares: el Jabberjay (ave ficticia, creada por el Capitolio para espiar conversaciones del pueblo) y el Sinsonte (ave real, cuyo vocablo en inglés se escribe Mockingbird). Los Jabberjays fueron abandonados por el Capitolio una vez que la gente se dio cuenta del engaño, y allí en la libertad, cruzaron su especie con los Sinsontes. Los nuevos Sinsajos desarrollaron la habilidad de repetir cantos de pájaros y canciones de humanos. Esta peculiar especie de aves es la que va a inspirar la rebelión en el pueblo de Panem.
¿Qué podemos decir de la traición, o del traidor? ¿Es acaso motivado por intereses egoístas, sed de venganza o ansias de poder? ¿O busca la restitución de los derechos del pueblo? ¿Será una combinación de ambas? Finalmente, ¿es acaso relevante comprender las motivaciones del líder de un levantamiento? Porque…qué sucede luego de un levantamiento. Cómo será el nuevo orden. Cómo se tomarán las decisiones. Cómo se coordinará la toma de decisiones…
Más allá de los procesos sociales de orden y desorden. Más allá de los protagonismos y las sincronías. Qué sucede con el que mira el juego, y continúa el curso de los eventos como rama llevada por la corriente del río. Su intervención en los Juegos del Hambre será eternamente “apagar” o “encender” la radio. Su opinión sobre los Juegos del Hambre será, ad infinitum, “me gusta este jugador”, y “ojalá no lo maten” y, “ojalá nunca se lleven a mis hijos”. El curso de los eventos continúa tristemente gobernado por los Juegos.
Así mismo, con cada proceso que se sabe infame, pero se sigue respondiendo a las reglas. Respetando sus reglas, se acepta el acotado y específico margen de probabilidades del juego, y aquel que es nombrado por sorteo, tuvo la mala suerte de quedar del lado de los perdedores. La misma lógica de “no contestes preguntas falaces” se aplica aquí. Contestando preguntas falaces, se le otorga existencia específica a una pregunta mal formulada, con premisas falsas, en el universo de lo percibido y entendido.
Yo voy a traicionar. Mi lugar no es importante. Pero voy a traicionar porque no tengo opciones en mi universo de comprensión.

Voy a traicionar el juego del capitalismo. 

viernes, noviembre 22

Vendrán a buscarte

Vendrán a buscarte. Prepará tus cosas, y que no se note que estuviste aquí. Mejor dicho, que no se note que te fuiste y todo siga girando alrededor de las cosas que dejaste. Te pedirán ayuda, más no podrán entenderla. Te culparán por ello. Hermosa niña, nada es culpa tuya. Ya estaba todo así cuando llegaste. Ordená las cosas, observá cada cosa con detalle, terminala con esmero. Cada resto tuyo es un engranaje del universo; procurá que esté limpio y en funcionamiento. Jamás comprenderás las oscuridades, ni las tuyas ni las de otros. No te esfuerces ni provoques a otros, es un derroche de energía infinita. Un agujero negro. Razonando esos caminos quedarás exhausta, y probablemente encuentres el argumento lógico para prender fuego todo. Y ya sabés que no lo harás. Ocupá tu lugar y respirá el aire que te corresponde. Suspendé tus reacciones, meditalas con paciencia, y respondé como lo haría un ser humano. ¿Te preguntaste qué es un ser humano? ¿A qué te sabe “humano”? El nivel de tu respuesta es el nivel de tu paciencia. Respirá.
Humano. Nadie podrá jamás comprender semejante contradicción de la naturaleza, que siendo hijo suyo, no escuche sus respuestas. Pero no vendrán tampoco aquellos sesgados dogmas a menospreciar lo que por ley natural se le otorga y que, exclusivamente por voluntad y sin indicación o comando, cambia su funcionamiento. Ese trabajo es el trabajo de peso, y nunca el no haberlo hecho de ida y de vuelta.

Hoy es el día. Ofrecé lo que te queda en las manos, ordená las cosas, no digas nada. Alguien retomará tus proyectos desde aquí, los engranajes siguen rodando. Gracias por quitar el polvo a las cosas, gracias por ayudar a otros, gracias por avanzar donde nadie pudo, gracias por seguir girando cuando todo alrededor se detenía, por dejar tantas puertas abiertas, por seguir confiando desde el principio, siendo que nunca, nadie, te explicó nada.

miércoles, octubre 9

La verdadera forma de los sentimientos

Estoy atrapada en un ser humano. Por mucha bronca que tenga, mi grito no va a quebrar las montañas. Por mucho miedo que tenga, no voy a morir electrocutada por mi propia sangre. Por mucha tristeza que tenga, mis lágrimas no formarán jamás un río. Por mucho vacío que sienta, mis células no saldrán disparadas en todas las direcciones. Por mucho amor que sienta, no se me va a prender fuego el pecho. Eso es un ser humano. Ojalá pudiera ayudarte a sorprenderme con vos del eco de tu llanto ahogado, del calor transformado en agua, de tu piel erizada, de la falta de aire al respirar, de lo grave de tu voz cuando necesitás cuidados urgentes. A veces nada es suficiente. Cuando sabemos que por dentro circula lo indescifrable, lo inefable, lo inaudito, lo intolerable. Sé que por dentro hay una avalancha, y poco podrían decir tus ojos. Sé que por dentro oís truenos y luego quedás aturdido. Me decís, ‘¿de qué?’ Yo lo sé. Pero cómo ponerle palabras. Podemos atontar los sentidos, gusto, tacto, vista, olfato, oído. Pero nunca saber la verdadera forma de los sentimientos. Inasible.

Estoy atrapada en un ser humano que grita en decibeles humanamente tolerables. Me voy a quebrar por dentro y jamás lo verán. El ruido me deja sorda y jamás lo oirán. A veces quiero salir. Pero antes de salir, quiero mostrar lo que siento. Por mí, y por vos.

viernes, septiembre 20

Dios está dando papaya

Una persona que sabe lo que quiere es una persona altamente peligrosa. Mágicamente aparenta ser la causa de las maravillas que consigue sin esfuerzo y el que observa queda embelesado ante su poder. Esa persona no es maga. Ella sabe lo que quiere, y el saber deriva en ver.
Querer que llueva para arriba, no. Querer que peras den los olmos, no. Para aberraciones de la naturaleza, dirigirse a la oficina de cinematografía. Para todo lo demás, Dios está a la vuelta de la esquina. Y está dando papaya.
Le arranco esta expresión a Colombia, cuyo significado es ofrecer las cosas para que otro las tome sin mayor esfuerzo. Felizmente, en los momentos más álgidos, caen papayas. No se sabe si son hijas de la voluntad propia o es ajena, porque de hecho la persona no las busca específicamente. Un producto de este mundo, con todos los sellos de aduana, pero ¡ey!, nadie lo imaginaba. No es un milagro, ni magia, ni engaño. Es un espectáculo para ver y regocijarse. ¿Qué pediremos hoy?

sábado, agosto 10

El último paso


Nadie me dará la mano, sólo una tierna palmada en el hombro. Nadie me dirá: es correcto. No le veré la cara a quien me espera. El momento en que todas las lecciones serán aplicadas. Sólo con buen juicio podré diferenciar cuáles fueron buenas lecciones y cuáles me inventé para seguir sobreviviendo.
Saber que tuve todas las posibilidades y llegué a ese risco, y no a otro. A ese valle, a ese estado mental, a esa compañía que me mira desde atrás, y yo parada allí tomando la última decisión. No saber. Nunca saber qué estuvo bien, qué pudo haber sido diferente, por qué amé a quienes amé y no a otros, por qué tuve tanta gente hermosa a mi alrededor dispuesta a ayudar.
Amor hubo por todos lados. Desde los rayos de sol hasta el lejano brillo de las estrellas; desde el abrazo inesperado hasta el perdón de la más grave falta; la comida todos los días; los sueños esperanzadores, las sonrisas de los desconocidos, el esfuerzo bien retribuido, los viajes suaves, los hermosos paisajes, las buenas conversaciones y los buenos libros, los niños, los viejos, las sorpresas, las lluvias, la música y los sonidos que estuvieron en cada rincón de la experiencia, y la vida misma cada mañana, y después de cada catástrofe.
A mí no me importa morir, pero que no se diga que no he vivido, que no se diga que  no fui agradecida, que no se diga que no aproveché cada oportunidad con todas las luces que tuve disponibles, a veces recurriendo a las prestadas de aquellos a quienes amé y odié. Que no se diga que desprecio cuando pienso esto. Yo no anhelo más para este cuerpo. Desde este mismo segundo en adelante, la vida es un regalo que no sé de dónde viene. Pero a su causa, mi más profundo agradecimiento por esta aventura. En los buenos y en los malos momentos. En la calma y en la desesperación.  En la felicidad y la angustia. En el dolor, que me sentó a pensar. En la libertad y la prisión.
Desde este mismo segundo en adelante, cuando las causas vengan a mí, estaré dispuesta. Cada persona que me busque, cada situación que me envuelva, cada sensación que me conmueva, será un nuevo desafío para demostrar la vida que hay en esta mente y cuerpo, en todo lo que soy y todavía no conozco.


sábado, julio 27

Kraken

A usted que no sabía lo que hacía, y tarde lo supo
O a tiempo, con fe.
Usted que murió en dolor por el daño causado
Usted que no lo supo ver antes
Usted que cumplió alguna misión de quién sabe quién
O por su propia voluntad
Y de rodillas lo supo
Pidiendo perdón entendió.
A usted que no sabe qué pasó
Con todos los muertos que causó
Que para qué eran, que quién los reclamaba
Y sobre todo los niños, que no entendían absolutamente nada
Y sobre todo las madres, que descubrían entre el susto y la sangre, el fruto de sus vientres
Y sobre todo los grandes, que con tamaña responsabilidad de ser grandes
No pudieron con ese río.
A usted yo le doy un abrazo de compasión
Porque yo no puedo entender
Por qué pasa lo que pasa
Y cuál es el dolor que usted siente
Al ver.
Y ser la mano que empuñó el arma
Y ser el rostro que detestamos
Y ser el cuerpo que queremos escupir.
Yo no sé cuál es ese dolor.
Usted merece la compasión del universo
Que con mi humana condición apenas sé dar
Apenas sé comprender.
Usted merece comprender sin miedos, sin reservas, sin orgullo
Y ojalá usted reciba mi compasión humana y la que estoy pidiendo
Para que su fuerza se transforme en verdad, en esperanza, y vuelva blanca,

hacia el universo.

viernes, junio 14

Que me digas que no

Que me digas que no
Con las agujas de hielo y sal clavándome la piel
De tus ojos un horror, un sabor amargo
De mí, la savia derramada, las gotas de furia
No sé.

Que me digas lo mismo
Una y otra vez
Que no quiero oírte más
Que los pedazos que junto cada vez tienen menos sentido.
Que igual te amo.

Que me digas que yerro
Que las rocas revientan en el rostro
Arrancando sueños,
¡No!
No volverás a encontrarme sentada a tus pies
Escuchando tus blasfemias tan repletas de escarcha.

Que no es por mí, sino porque no entiendo.

martes, junio 11

Un hilito

Un hilito.
Un hilito en la nada se enrosca y te busca, te siente, te quiere.
Un hilito blanco. Tan chiquito, tan sencillo, tan hermoso y tan frágil.
Te ama.
Un hilito. Recorre todos los mapas de tu vida. Entrelazando rincones.
Ahí donde parece que no estás solo. Ahí donde el viento abrió la puerta.
Ahí donde las cosas se acomodan con una alegría inocente.
Un hilito que pesca pasiones. ¡¡Tantas!! Y de variadas formas.
“¿Me ves?” Es que es tan frágil, sutil.
Trepa exponencialmente por tus pies, muslos, cintura, espalda,
Acaricia tus sienes. Ajusta tus clavijas, sacude el mundo que flota a tus pies.
Quiere conquistarte con su insistencia. Quiere seducirte con su sutileza.
No es nada más que un juego.
Un juego importante, pero un juego.
Para bailar. Para llorar. Para sentir el temblor.
¿Sentís el temblor cuando vuelan las gaviotas,
cuando se agita el mar
cuando escuchas tu nombre de esa boca
cuando el río te baña
cuando la brisa te dice que sí
cuando la montaña no te da miedo
cuando el frío te hace saltar
cuando el sol te hace sonreír...?
¿Sentís el temblor?

miércoles, mayo 29

Un misterio por develar

Dos mujeres. Qué hacen ellas aquí, en este preciso instante del universo en que yo las necesito, cada vez, cada caída, cada vuelo. Un velo de magia nos envuelve cual burbuja y el tiempo se detiene, los códigos fueron escritos para nosotras allí, absorbiendo la ubicuidad del espacio, las palabras, los perfumes. El que dice que estuvo allí miente. Éramos sólo tres, y éramos un solo fenómeno. Y así será siempre. Cuando ella abre la boca para meditar la segunda ríe y la tercera escucha. Y el orden de los factores no altera el producto. Una hoja caída revuelve la esencia de la verdad una y otra vez y ella sabe cómo darle lugar. La segunda escucha, la tercera se ríe. Ella no va a permitir que la hoja toque el suelo sin otorgarle un código al piso que la sostiene y al árbol que la deja caer. Ella es la hoja. No pierde brisa, no pierde el tiempo, cobra color y vuelo.
 Mágicamente una ve la burbuja y se pregunta cuál es el encanto que organiza las cosas a su alrededor en su presencia sin mayor esfuerzo. 
En la quietud entre temporales, las preguntas no tienen mayor respuesta satisfactoria que “porque amo” y es lo que es. Es lo que es porque no tengo miedo, porque no hay caminos cerrados, porque te estaba esperando en cualquier lugar con el corazón abierto y las manos listas.

jueves, mayo 2

De moralidad y furia

¿Poesía filosófica o filosofía poética? Un churrasquito en el burger. Un baño endorfínico en la contemplación de una recta histórica. ¿Filosofía o poesía? El reverso de una hoja. Suspensión de juicio. Suspensión del conflicto. Desarrollo de la capacidad de ver.
La oposición alberga tal violencia que lejos de ser positivamente dialéctica es una anulación del crecimiento. Hay que reinventar la dialéctica. Una suspensión del juicio que sea capaz de reconocer también en el opuesto la esencia de la verdad. Olvidando la moralidad...¿? En definitiva, ¿de qué sirve la moralidad? Freud opinó sobre el tema, refiriéndose a la primera ley de la cultura. Allí ocurre la fundación de la cultura, dijo. Inauguró la psicología de la moralidad...La moralidad parece ser la suplente de la sabiduría. "Sabiduría no vino. Moralidad le suple en el cargo. Hasta que Sabiduría se recupere." ¿Podremos recuperar la sabiduría? ¿Estamos preparados? Dejar, soltar, saltar, aceptar. Que nosotros somos todo eso: la monarquía, la democracia, la dictadura, la integración, la inclusión, el monopolio, el libre mercado, el burger, el vegetarianismo, amarillos, rojos, azules, violetas, negros. Aceptar y producir con sabiduría todo aquello de lo que somos capaces, sin destruir. Lo que no sirve, se disolverá.
A todo esto...Perdón por la furia.

sábado, abril 20

Confieso que he muerto


Confieso que he muerto.
Y las almejas me vieron llegar,
cansadas de tanto esperar
caminar por la playa, y otear
hacia algún lejano lugar.
De mi boca a borbotones salían historias,
quejas, poemas y algunos mensajes
como de radio vieja, porque ellas
al pie del cañón, ya habían oído
que detrás de las olas había una boba
que arponeaba tiburones que ella misma creaba
y ansiosas como locas, deseaban socorrerle.
“De nada sirve que la presiones”
le dijo una a la otra,
“Cuando ella quiera, y esté dispuesta,
va a descansar.”
Confieso que he muerto.
Todo el océano se volvió veneno
todas las gaviotas se volvieron cañones
y dejé de matar tiburones para morir de pena.
Un enjambre de medusas me envolvió
y así, hecha trizas, morí.
Carcajadas de almejas recibieron mi cuerpo
y con pétalos de rosas lo cubrieron
cantaron alegres, espantando miedos
y a gritos callados pidieron silencio.
Silencio. Ya no queremos escuchar más historias viejas.

miércoles, abril 10

La epifanía de la pareja

Él no la necesita y es capaz de no notar siquiera su presencia en este mundo cuando ella no está. Él es un caminante que ha descubierto muchas verdades, con la ayuda de quienes le han amado apasionadamente, y quienes le han odiado visceralmente. Él pertenece al viento y el viento siempre busca abrazarlo, mecerlo en los giros de la virtud. Él no miente ni dice la verdad. Comparte la esencia del universo en todas sus formas. Él no la ama. Si la amara, sería el fin. Él sería una extensión esclerosada del cuerpo y la mente de ella, una enfermedad. Un invento macabro. Un sistema entrópico cerrado. Condenado a morir.
Él está de paso, va hacia otro lugar. Él estudia las estrellas y los vientos como ella. A veces el cuerpo le pide amor, del salvaje, del bueno, del misericordioso. A veces las células son tan imperativas que le copan la existencia, se afirman como verdad única y quieren explotar. Eso también es cierto. También es cierto que la mente aquieta de la manera más súbita y poco profunda. Pero él sabe que hay más. Y quiere descubrirlo, compartirlo. Cuando ama, termina soltando. Y de las cavernas de su conciencia emerge un sol.
Ella no lo necesita. Ella sabe lo que quiere. Quiere ser. Tiene bastante claro que el ser es individual y total a la vez. Pero nunca de otro. Ella camina en círculos porque algo se le perdió. Pasa todos los días por el mismo lugar, con ojos y oídos atentos. Se concentra, y también se frustra. Encuentra soluciones y rápidamente las descarta.
Algunos días, sólo algunos días, dejan de jugar a los espejismos. Ella se ve a sí misma en las pupilas de él. Él escucha sus pensamientos en palabras de ella. Ella contempla el universo que él proyecta; él sonríe apacible esperando la sorpresa. Ella no espera ni se hace esperar, ella tiene el viento metido en la piel.

miércoles, marzo 20

La marca y ella


Ella tenía la marca.
Andaba por los caminos del mundo sin lastimarse. 
                Las veces que estuvo en peligro pudo salir viva, aunque con pérdida de memoria. Eso era algo que no podía modificar. Probablemente la pérdida de memoria sea algo necesario.
Las plantas, las aves, los rostros de los desgraciados, todos se inclinaban ante su paso, su mirada, sus palabras. Sus palabras estaban más allá de la locura. Pero tenían una fuerza que las convertían en verdaderas para cualquiera. Y así, todos intentaban seguir sus pasos. Sin suerte. Porque la de la marca era ella.
Ella busca refugio instintivamente. Siempre tiene un cuidador en segundo plano, uno que esté dispuesto a dar la vida por ella. Y no le resulta difícil; cualquiera daría la vida por ella.
A veces camina agitada, otras veces se detiene, totalmente inmóvil, ausente y lejana. Su guardián y su amor esperan pacientemente junto a su puerta llena de plantas. Ella no quiere verlo, pero confía en su presencia. Y le agradece de corazón, mucho más porque no siente que se lo merezca.
Ella sabe encantar serpientes, pero no lo hace a propósito. Así, las serpientes no se dan cuenta del engaño. Cuando repentinamente ella desaparece, las bestias se recogen en sus nidos sin saber qué hacer con sus vidas, con su tiempo, con sus horas. Ella pierde la memoria. Ella no entiende que se salvó. Ella no quiere entender cuán grande es la existencia.
Canta como muriendo por la música. Sangra cada nota. Y una luz intensa brota de sus ojos como un conjuro de hadas. Todas las pasiones humanas brotan de los pisos de madera, muebles, paredes, telarañas y perfumes. Ella vuela por los rincones sembrando contradicciones, en cada corazón. Los niños no entienden. Ella de niña tampoco entendía. Era una euforia o un llanto nada más, y se preguntaba “¿de qué la nostalgia? Apenas viví 10 años. Necesito vivir más.”
Baila como riendo, como despertando un demonio. Baila con brazos abiertos como rindiendo culto a la luna. Cierra los ojos y envuelve todo a su alrededor. Ella nunca estudió baile. Los pies le dicen qué hacer. Lo descubrió de grande, antes no lo sabía y tenía miedo. Ahora se deja poseer y baila en armonía con su espíritu.
Ella endulza o espanta. La palabra se le enrosca deliciosamente en la lengua y asusta. Absorbe miradas y les sonríe. Despliega el oscuro firmamento de su descontrolado saber, entrega maravillas al interlocutor interesado, abre los ojos de un tamaño imposible y consume lo que sea que reciba con desesperación.
Luego se confunde y se oculta.
Camina pausado sólo bajo el sol, ahora. En un principio no había sol.
Ahora los guardianes son varios, muchos, millones de personas que reconocen su marca. Ella agradece, pero no entiende.
Ahora que lo sabe, suele caminar pausado.
A veces se pone a correr, sólo por costumbre.
Algo le pesa.
Le pesa la suerte, le pesa el poder, le pesa la vida. Piensa que debe aprender y no le dan oportunidad. Quiere lograrlo, ser un ser humano, entender a las personas y ser una de ellas. Si recordara lo que hizo para merecer la marca, la entendería mejor. Pero no. Es una marca de nacimiento que no se quita ni con maltratos. Quiere entregarla a los que ama. Quiere sembrarla en todas las tierras que pisa. Pero es una maldición; a los otros les hace mal. Sufren inconmensurables dolores de existencia, de carne, de humano herido.
No duerme bien a veces. De su cama puede verlos. Demonios espantosos haciendo guardia a su alrededor. Sabe que va a estar bien. Demasiado bien lo sabe. Tiene la seguridad lista para aflorar, pero nadie se lo pide. Ella espera ser valiente. Sabe que lo es, porque no teme. Ya no teme al dolor, ni a la muerte. Sólo teme no hacer todo eso de lo que es capaz. Su seguridad propia no le sirve absolutamente de nada.



lunes, marzo 11

Tomé muchas decisiones en tus balcones



Buenos Aires estuvo aquí para mí desde tiempos remotos. Cuando  quise ser actriz y cantante, cuando quise saber todo, cuando quise perderme y ser humo, cuando quise empezar de nuevo, aquí estuvo Buenos Aires.
“…cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo; es también el punto único, particularísimo, importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del mundo, sólo una vez de aquel modo y nunca más. Así, la historia del hombre, mientras vive en alguna parte y cumple la voluntad de la Naturaleza, es algo maravilloso y digno de toda atención” (H. Hesse en “Demian”)
Otra verdad que siempre escuché, pero nunca tan claramente como hoy, tan a gritos, tan hermosa y feliz. 
Una cosa que aprendí en tus balcones es que las decisiones correctas sólo vienen a mí cuando estoy en paz. Me encuentro a mí misma sin temor. Sin apuros.
Yo vi el mundo moverse sin hacer esfuerzo. Sólo siendo feliz.
Las estrellas me regalaron una mente obstinada, difícil de embaucar, y orgullosa. Cuesta mucho aprender así, con esta mente. La paciencia tendría que haber sido mi primera lección. Pero hete aquí que con 28 años recién comienzo a practicarla. Otra; separar la mente del espíritu. No soy mi egoísmo, no soy mi obsesión, no soy mi impaciencia, no soy mi verdugo. Soy buscadora, soy comunicadora, soy artista. Soy tu soporte y tu alegría. Soy tu fan número uno. Y para eso estoy. Esa es la voluntad.
 Parafraseando: “…cada una de las mujeres no es tan sólo ella misma…”. Es una convergencia de fenómenos.
Llueve en Buenos Aires y caen las hojas teñidas de sol.
Yo cultivo mi paciencia con pies cansados de correr,
con ojos sedientos de maravillas.
Cultivo mi paciencia como forma de amarme,
de respetarme, de encontrarme otra vez.
Mi tonta mente busca los reaseguros a los que está acostumbrada.
Dejar ser. Esperar. No actuar.
Disfruto de variada compañía, curiosas convergencias,
ellos son mi principal alimento.
Por primera vez acepto, por primera vez espero,
con ansias observo, aprendo, respeto.
Con reservada actitud, amo sin prejuicio,
y sin esperar retribución.
Soy feliz con las hojas teñidas de sol,
con el cielo rojo y azul,
con la hermosa calma.

martes, febrero 19

Listening - Nightfall - Blind Guardian





Recién llegada a la gran ciudad. Mi único contacto, Facundo. Tocábamos el piano y éramos unos románticos incurables. Pero no el romanticismo de velas y rosas. Ese de los antiguos valores. Ese de los códigos de honor. Y me introdujo al mundo de Blind Guardian, muchas veces relacionado con la trilogía de Tolkien.  Pasé horas escuchándolo, gracias a que me prestó junto con el casette grabado un walkman. Volvía una y otra vez al minuto 3.3 y esperaba ansiosa al 3.26 y al 3.36.
Después seguía gritando los coros como una poseída, porque si algo me dio Buenos Aires es el eterno anonimato, y con él la libertad de cantar, llorar y reír en la calle. En esa época lo que me deslumbró de este estilo, y de esta banda en particular, fue la voz, y casi como metáfora, la guitarra distorsionada en los solos. El contenido que me podían transmitir ambos era de la misma calidad, ya que no manejaba fluidamente el inglés como para entender sus letras en tiempo real. Fue diferente cinco años después, cuando me dio por seguir los ritmos de la batería.

domingo, enero 13

Listening...Loituma

Escuchando música como yo lo hago...
Ieva's Polka - Loituma - Basshunter Remix

Everybody put your hands up in the air!!! Me estoy recibiendo!! Estoy terminando la maldita facultad!!! El colectivo larga distancia rodaba sobre la ruta a Buenos Aires, noche oscura si las hay, adentro transmitiendo una película que no podía importarme menos en mi cóctel de felicidad y dientes inocultables. Una y otra vez la melodía techno, el chap chap, y landen landó la carrera terminó. Recuerdos viejos y no tan viejos de penas y alegrías vividas en torno a la carrera desfilan como fantasmas. Yo les muestro los dientes. Sí quiero champán, muchas gracias. El viaje más endorfínico de mi vida. Por fin iba a poder buscar una nueva meta. Y lo iba a hacer con la alegría de la completud.
Yo no sé quién demonios inventó el cuentito de que recibirse es realmente un momento de felicidad absoluta. O que en la defensa de la tesina te felicitan tanto o más que cuando uno escribía sesudas ingenuidades del mismo tenor en los trabajos prácticos de la cursada. No, chiquita. Tu trabajo es peor que una encuesta cosmo, y te recibís porque dios sabe cómo pero llegaste a esta instancia. Landen landó. Daga daga.
Parecía pedir disculpas cada vez que contestaba los mensajes de texto: sí, me recibí, te invito al funeral la semana que viene. Claro que voy a estar feliz, no me queda otra. It's a non optional social convention, diría Wolowitz.[1]


[1] (Personaje de The Big Bang Theory) Es una convención social no opcional.

Listening...Y.Tiersen

Escuchando música como yo lo hago...
La valse D'Amelie

2007. Letargo. Segundo 40. Hormiguitas en las mejillas. Recuerdos confusos, buscando la luz del entendimiento. La razón una vez más. La gran ausente, la tan esperada, la de dudosa reputación, ahora, no te animarías a venir. En mi mente circulan como las notas del piano, agitadas, las escenas de aquel fin de año. Y mis álamos no tienen sentido, ni mis calles, ni mis horas de siesta, ni los amigos prestados. Aunque es bueno saber que el mundo sigue girando en compás fácil de caminar. Uno, inspiro, dos, retengo, tres, exhalo, cuatro, espero. Así de fácil. Por fuera un compás sencillo, por dentro un remolino de gritos. Minuto 1.12.
Tragedia agitada de gárgaras de ajo.
Si te tuviera cerca te arañaría la cara. Tengo los músculos preparados para morder, los ejercito todas las noches en mis sueños, tanto, que de mañana no puedo abrir la boca. Ahora también controlo la producción de adrenalina, cada vez que quiero, se me llena la cabeza de hormigas. El cuerpo. No. Te arrancaría la piel. No. Te gritaría a la cara, a tus ojos de vidrio, explotaría delante tuyo porque no hay un idioma que explique el dolor. Pero no. Cada vez que vengas, voy a dejarte ir. Como una pluma.
Y el remolino va a desaparecer, y el centro tonal va a volver. Y en el silencio se va a extinguir. Esto es todo lo que necesitaba. No más. Nunca.

jueves, enero 10

Listening...N.Mestre

Escuchando música como yo lo hago...
Distinto tiempo – Nito Mestre



Esta canción me la enseñó Nico en la escuela. Es fácil, me dijo, tiene cuatro acordes. A mí me encantaba - me encantaba. Y me encantaba. Soy savia, soy sangre que quiere andar. Todos queríamos andar en esa época. No nos importaba mucho el futuro de adultos. Peleábamos para decirle al mundo quiénes éramos. No éramos boludos. Teníamos ideas. Queríamos usarlas. Creíamos tener la respuesta fresca para las preguntas importantes, aunque no supiéramos de lavarropas automáticos ni de trámites bancarios. Sabíamos que la escuela era importante, y que tenían que escucharnos a nosotros si ellos los políticos querían cambiar las leyes. Un poco de amor.
Odiábamos también. Los caretas. Los sin principios. Los desapasionados. Los burócratas. Los que no se juegan. Los mediocres. Los que no miran a los ojos cuando les hablamos. Los que no juegan con nosotros. Los que no cantan ni hacen bardo con nosotros. Los que no nos encuentran cuando queremos ser encontrados (una vuelta de rosca a la escondida). Saber encontrar en mi nombre, un poco de amor.
Envidia y miedo.
Aprendí a tocar la guitarra gracias a unos amigos. Aprendí dos acordes (Mi y La) y con eso nada más, cantaba. Y lo que yo ya escribía desde hacía tiempo, empezó a tener melodía. Saber controlar un instrumento para mí misma, sin partitura, fue un pedacito de libertad. Y qué importante es el silencio cuando uno expresa su libertad en el sonido.

Listening...Moby


Escuchando música como yo lo hago...

Natural Blues – Moby


Tiqui tric - tiqui tric, el bus me lleva de Villazón a La Paz. En cualquier momento, sin aviso, cae barranca abajo. No me importa, soy feliz. Cielo limpio, calles ajenas al sistema. Llegaron tarde a la repartición de capitalistas. Gotas de PBI en las ropas de los niños, gotas de PBI en los negocios para turistas. Ellos no saben que está ahí, goteando, y poco podría importarles. Sus caminos son  como ellos siempre los conocieron, y sus lenguas y alimentos también. Aprovechan las fallas de la matrix para intercambiar gota por gota, el resto sigue igual. Mismos caminos, mismas lenguas.
Pienso. Quizás algo esté mal en esto. Y la pregunta más importante, ¿son felices ellos? No sabría responder. Pienso. Una cultura que se mete por los intersticios de la más antigua. Una cultura que los habitantes utilizan de la manera que más les conviene. Tienen productos chinos para intercambiar. Chinos. Pero no tienen cloacas ni asfalto. ¿Les importa a Ellos? ¿En qué términos es más respetuoso preguntarse sobre el entrecruzamiento de dos culturas? ¿En qué términos tiene sentido?
No sé las respuestas y estoy en un camino sin salida. Pero regocijaos, habemus preguntas.

martes, enero 8

Listening to music like I do...M.Jackson


Escuchando música como yo lo hago...
Earth song - Michael Jackson
(Instrucciones: Comenzar a reproducir; luego de un minuto o más, comenzar la lectura.)




Tengo recuerdos de esta canción sonando en el auto de mi papá, estacionado en el bosque donde acampábamos. Hermosos bosques patagónicos que nos daban resguardo cada verano. Éramos chicas, mi hermana y yo. No cazaba una de inglés. Pero esos coros respiraban denuncia, urgencia, y bronca. Era una llamada, adictiva, quería que se repitiera una y otra vez. Minuto 3.44, modulación desgarradora. Y en algún momento se calló, inesperadamente. La radio no encendía, yo moría por unos segundos más. Papá vino a ver. Demonios la batería. Se murió la batería y nació el enojo de papá. A callar.
La canción quedó en mi memoria como una impresión fotográfica. No recordaba los tonos, ni me sabía el título. Sólo podía recuperar la sensación vivida.
Con el fallecimiento de Michael Jackson, resurgieron muchos temas viejos y entre ellos The Earth Song. Mismas sensaciones, más contenido verbal. Más imágenes. Y los coros.
Do I give a damn?
Fue una de las primeras canciones que me hicieron sospechar de los intervalos. Musicales. Yo comenzaba a sospechar que el sentido de una canción podía condensarse en un par de intervalos. La emoción transmitida por ese intervalo, en ese contexto, decía todo lo que tenía que decir con mayor poder de elocuencia que el resto de la canción. Y sospecho que hay canciones que no tienen esto. A raíz de unos estudios comprendí que la canción viene del grito primigenio. El grito primigenio consistió en una llamada; un deseo de comunicarse. Algunos cabos sueltos pude atar. Pero hay más.
A veces me pongo a cantar. A veces saco la guitarra o abro el piano, y empiezo a balbucear. Me encuentro en un estado perceptivo, a veces relacionado con una tristeza, otras veces con un deseo de contemplación. Y como generalmente no tengo palabras, empiezo con intervalos. Elijo un acorde. El acorde no cualquiera, porque no siempre tengo el mismo registro vocal. O lo que quiero cantar no concuerda con cualquier altura (agudo, grave). Luego elijo una secuencia armónica. Mi voz quiere salir, la dejo salir. Puede salir limpia y occidentalmente temperada (la frecuencia justa de una nota específica que se puede encontrar en un piano), como también puede salir sucia, con demasiado aire. Puede resonarme en las caderas, en el estómago, en el pecho, en la garganta o en alguna parte de la cara. Busco sentirme cómoda. Busco una especie de homeostasis. En el exterior de mi cuerpo, el ambiente está inerte, o ajeno a mí. Tiene una carga. Dentro de los límites de mi piel y mi pensamiento, una carga distinta. Al estar en contacto con ese espacio exterior, a veces demando un equilibrio. Que el mundo se detenga, que responda por lo que siento, que vibre en consonancia. Y lo hace. Yo puedo controlar algunas variables del mundo exterior produciendo vibraciones específicas, tonales, tímbricas. Todo a mi alrededor cambia de sentido.  Responde. Sí que responde. Juntos, mi instrumento, mi voz y yo, modificamos el universo para que momentáneamente se amolde mejor a mi mundo interno. 

Listening to music like I do...W.Mertens


Escuchando música como yo lo hago...
Struggle for pleassure - Wim Mertens
(Instrucciones: Comenzar a reproducir; luego de un minuto o más, comenzar la lectura.)

Buenos Aires. Primavera. Las notas están ahí, circulan por la periferia de mi consciencia, pero lo que yo sé, lo que yo realmente sé, es ese ciclo armónico que se repite. Sé que esta situación me va a agarrar desprevenida, una y otra vez, hasta que la agarre yo a ella y pueda jugar como las notas, tan libremente, por el círculo. La calma. Buenos Aires me espera para que resuelva.
La tragedia de la madurez y la urgencia de la libertad, todo junto expresado en ella.
Camino desesperadamente por las calles despobladas, mi cuerpo pedía correr. Lo entiendo, trato de darle los gustos siempre que puedo.  Digamos más honestamente que hago siempre lo humanamente posible para darle lo que quiere.
Camino. Mi mente va hilvanando tras bambalinas y me hago la desentendida. Descarto lo que no me interesa. Sin hacer ruido, sin quejas, sin reclamos ni recriminaciones. Hasta que por fin entiendo. Algún vértice, ángulo, segmento de la cosa, ello que no me dejaba dormir, ello que me llevó a decir estupideces días atrás. Sigo caminando.
Descubro que mantener la calma es lo más importante. Y después de eso, focalizarme en lo que realmente quiero para mí.  Una estupidez que nos vienen diciendo desde jardín, pero que nos embiste muchos años después, cuando su verdad cobra la necesidad de una urgencia por vivir. Sin infartos.
Y vos. Tan lejos. Te crees que te tengo en cuenta. Sí, te tengo en cuenta porque hoy me sirve. Descartar pensamiento.
Veo que algunas pistas me deprimen, pero no puedo dejar de escucharte Mertens, porque antes de pasar a otra cosa tengo que terminar con esta. Sinead O'Connor no me va a entretener ahora, sólo va a molestarme. ¿Y por qué Mertens? porque lo conocí en un video sobre la secuencia de Fibonacci.
Fibonacci es la esperanza de que algo en este caos está en orden. Y sucumbiendo en un razonamiento platónico, ¿por qué no habrían de tener un orden el resto de todas las cosas que hay en este mundo? El único problema es que tardamos en recordarlo, pero persiste la fe en que algún día lo recordaremos.
Me pregunto cuál es el elemento musical que me sugiere la búsqueda mental. Será la armonía, será el compás, será la forma…