miércoles, octubre 9

La verdadera forma de los sentimientos

Estoy atrapada en un ser humano. Por mucha bronca que tenga, mi grito no va a quebrar las montañas. Por mucho miedo que tenga, no voy a morir electrocutada por mi propia sangre. Por mucha tristeza que tenga, mis lágrimas no formarán jamás un río. Por mucho vacío que sienta, mis células no saldrán disparadas en todas las direcciones. Por mucho amor que sienta, no se me va a prender fuego el pecho. Eso es un ser humano. Ojalá pudiera ayudarte a sorprenderme con vos del eco de tu llanto ahogado, del calor transformado en agua, de tu piel erizada, de la falta de aire al respirar, de lo grave de tu voz cuando necesitás cuidados urgentes. A veces nada es suficiente. Cuando sabemos que por dentro circula lo indescifrable, lo inefable, lo inaudito, lo intolerable. Sé que por dentro hay una avalancha, y poco podrían decir tus ojos. Sé que por dentro oís truenos y luego quedás aturdido. Me decís, ‘¿de qué?’ Yo lo sé. Pero cómo ponerle palabras. Podemos atontar los sentidos, gusto, tacto, vista, olfato, oído. Pero nunca saber la verdadera forma de los sentimientos. Inasible.

Estoy atrapada en un ser humano que grita en decibeles humanamente tolerables. Me voy a quebrar por dentro y jamás lo verán. El ruido me deja sorda y jamás lo oirán. A veces quiero salir. Pero antes de salir, quiero mostrar lo que siento. Por mí, y por vos.