domingo, septiembre 20

Elijo la esencia

Elijo la esencia. La forma caída de un cajón de inventario clasificado, no.
Odio tanto las tontas frases llenas de polvo.
Que a veces es más el tiempo que paso tapando las grietas que dejan. Pero sé elegir. Sé elegir cómo pasar el tiempo de otra manera, por ejemplo, contando hormigas. Prefiero contar hormigas hasta que mi mente pueda sobreponerse a aquella otra gota que marcó la piedra mientras yo perseguía liebres, tan rápidas. Okey. Mi mente está okey. Ella se encuentra bajo mi tutela.
Sé lo que quise decir. Y no voy a remendar los rotos de otros muertos, ya no hago servicio gratuito. Y el muerto está muerto hasta que demuestre lo contrario. Hay vivos aquí que buscan desesperadamente codificar un mensaje, y los muertos de allí, señalizando el polvo como si yo fuera fósil buscando vitrina. Estoy viva y me autodetermino.
Parió el tiempo una idea y aquí la sostengo, como siempre, sin esperar pleitesía sino un furioso momento de sincronía.

jueves, abril 9

Escaleras

Él hace lo que quiere. Lo veo jugar con hilitos de cobre, dice que va a construir algo. Amo la forma en que se ocupa de su asunto. Amo la forma en que posa suavemente los pequeños dedos sobre los finos hilos de cobre. Amo sentarme junto a la ventana cuando el sol me encuentra de lado, mientras observo la belleza ultra calculada de sus movimientos. Se me ocurre que en su mente hay una maraña inescrutable, donde los hilos de cobre no hicieron caso a sus dedos, y le han dejado a mi belleza de niño esa cara de tragedia boquiabierta.

Él me trae sus hilos de cobre con una mezcla de orgullo y desconcierto: "no entiendo qué pasa".
Ha construido cuatro escaleras perfectas que no llevan a ningún lado, que se conectan entre sí de tal forma que nunca se sabe si suben, o bajan.

Yo quiero decirle que es una hermosa metáfora, que me hace tan feliz observar en lo material una condensación tan bella y perfecta de lo que a veces percibo en mi propia maraña de pensamientos y que finalmente allí, entre sus pequeños dedos, frente a su carita de desconcierto, lo comprendo. El mundo de las ilusiones recupera su legítimo lugar, y vuelvo a elegir, por enésima vez, caminar escaleras continuas e interminables, con la certeza de que no hay lugar, más que la belleza.

Pero él quiere tirarlo todo y volver a empezar. ¿Y qué voy a musitarle yo sobre los "no lugares" y la certeza, o la belleza?
Él va a tirarlo todo y volver a empezar. Y yo voy a seguir observándolo desde la ventana, feliz de ser testigo de su existencia, de su dedicación, de sus pequeños dedos tejiendo la perfección.

jueves, abril 2

Vaciando espacios

Un espacio de cemento, aire húmedo y viciado, un sitio desconocido para la luz del sol. Tan pronto el juego comienza, la gente entra al espacio y comprende todos sus recovecos. Los estudia con rigurosidad, observa la bondad de sus formas y lo exacto de su funcionamiento. Sabe precisamente los horarios de aire y los de ahogo, aguanta la respiración. Sonríe como buen budista. O algo. Sonríe a sus espacios de cemento gris.  Entrelaza sus manos como auto convocándose al sosiego. Los rulos y los lacios se enganchan en las rugosidades del revoque, con paciencia las personas recogen sus cabellos y observan, “así se ve más bello”. Aunque aquella otra los deja sueltos y al suspiro libertario le entrega todo el brillo de aquel cabello antes tan nutrido de sol. Los ojitos dulces se posan en los detalles en el espacio entre la nariz y un metro más a la redonda. Fantástico mundo el que puedo mover desde aquí, observan los jugadores. Tan bello este completo mundo que me rodea. Un éxtasis convierte el aburrimiento en victoria cuando media vuelta hacia la izquierda las cosas cambian de tono. Qué maravilloso mundo el que habito y transformo.

En eso estaba la gente jugando el juego de los espacios cuando vino un Giganotosaurius Carolinii y rompió todas las paredes de cemento, el sol entró y le gente quedó ciega de sol y distancias, tan amplias, tan imposibles de imaginar, distinguir, transformar, comprender. La loca libertaria montó el Carolinii y le susurró al oído, “vamos lejos, bien lejos, sé mis ojos y pies hasta que pueda ver”.

Me dijo una amiga...

Menos mal que todavía estoy viva. Hace un calor del orto. La música de esos hippies es odiosa, ¿te crees que los van a contratar para algo? Todavía tocando en la calle después de 20 años de historia. Menos mal que todavía estoy viva. El pescado de esta rotisería es lo más pasable, aunque te lo dan medio crudo. Qué se yo, iría a la otra pero me queda muy lejos. Y la ensalada está vieja. Así que lo menos peor es el pescado. Menos mal que todavía estoy viva. Te diría de ir a verla pero no le tengo fe. Tengo que estar muuuy al pedo para ir, o que sea gratis. Si no, ni da. ¡Menos mal que todavía estoy viva! ¿¡Cómo pudiste hacerme sentir así!? ¡No quiero volver a verte! ¡Siempre hacés lo mismo! Me decís cosas para hacerme sentir mal, porque sabés que ahí me duele y que todavía no lo resolví con mi terapeuta, sabés que es lo que más me cuesta, ¡que me duelen los pies y la espalda, que me hace mal al hígado, que el sol, que la floración, los niños, el subte y toda la mar en coche! Menos mal, que todavía, estoy viva. ¿Viste que se cayó un avión?

sábado, enero 24

Primavera y Otoño

Ella estaba con los ojos cerrados
El hombre la llamaba
Ella estaba con los ojos cerrados
El hombre la observaba
Ella recogía sus hombros
El hombre agrandaba sus ojos
Ella tragaba saliva.
El hombre sintió un escalofrío
Ella tamborileó con un dedo índice
El hombre recogió su cabello cano hacia atrás
Ella escuchó con sus ojos aún cerrados
El hombre despegó sus labios para entender mejor
Ella sonrió suavemente
El hombre arrojó una piedra al otro lado del arroyo
Ella agravó la boca y anunció
"No, papá, no quiero".

Él está con los ojos cerrados
Ella baila descalza
Él esta con los ojos cerrados
Ella mete los pies en el arroyo
Él entrelaza sus dedos sobre el regazo
Ella se sienta a su lado
Él entorna su cabeza hacia ella
Ella se muerde los dedos
Él percibe el olor a suavizante de ropa.
Ella frunció el ceño para entender mejor
Él elevó su mentón buscando el aire
Ella sintió un escalofrío
Él liberó sus nudosos dedos
Ella arrojó una piedra al otro lado del arroyo
Él se desdibujó en hojas de Otoño, y sus canas compartió con ella
Una por cada herida de ambos abierta.

jueves, enero 15

Libertad y Justicia

¿Qué es la libertad?
Que tengas tu código y puedas usarlo, expresarte, hacerte entender con todos los que quieras, que puedas andar, que elijas tu lugar, que puedas pensar y descansar, que puedas callar, sentir, saber, aprender, escuchar. Que puedas reconocer lo que te pertenece, y pedirlo, alcanzarlo. Que no te duermas. Que se te permita amar sin reparos, que puedas aprender la responsabilidad de manera justa, con amor, con compañía, y paciencia.
¿Qué es la justicia?
Que no te mueras antes.