lunes, marzo 11

Tomé muchas decisiones en tus balcones



Buenos Aires estuvo aquí para mí desde tiempos remotos. Cuando  quise ser actriz y cantante, cuando quise saber todo, cuando quise perderme y ser humo, cuando quise empezar de nuevo, aquí estuvo Buenos Aires.
“…cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo; es también el punto único, particularísimo, importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del mundo, sólo una vez de aquel modo y nunca más. Así, la historia del hombre, mientras vive en alguna parte y cumple la voluntad de la Naturaleza, es algo maravilloso y digno de toda atención” (H. Hesse en “Demian”)
Otra verdad que siempre escuché, pero nunca tan claramente como hoy, tan a gritos, tan hermosa y feliz. 
Una cosa que aprendí en tus balcones es que las decisiones correctas sólo vienen a mí cuando estoy en paz. Me encuentro a mí misma sin temor. Sin apuros.
Yo vi el mundo moverse sin hacer esfuerzo. Sólo siendo feliz.
Las estrellas me regalaron una mente obstinada, difícil de embaucar, y orgullosa. Cuesta mucho aprender así, con esta mente. La paciencia tendría que haber sido mi primera lección. Pero hete aquí que con 28 años recién comienzo a practicarla. Otra; separar la mente del espíritu. No soy mi egoísmo, no soy mi obsesión, no soy mi impaciencia, no soy mi verdugo. Soy buscadora, soy comunicadora, soy artista. Soy tu soporte y tu alegría. Soy tu fan número uno. Y para eso estoy. Esa es la voluntad.
 Parafraseando: “…cada una de las mujeres no es tan sólo ella misma…”. Es una convergencia de fenómenos.
Llueve en Buenos Aires y caen las hojas teñidas de sol.
Yo cultivo mi paciencia con pies cansados de correr,
con ojos sedientos de maravillas.
Cultivo mi paciencia como forma de amarme,
de respetarme, de encontrarme otra vez.
Mi tonta mente busca los reaseguros a los que está acostumbrada.
Dejar ser. Esperar. No actuar.
Disfruto de variada compañía, curiosas convergencias,
ellos son mi principal alimento.
Por primera vez acepto, por primera vez espero,
con ansias observo, aprendo, respeto.
Con reservada actitud, amo sin prejuicio,
y sin esperar retribución.
Soy feliz con las hojas teñidas de sol,
con el cielo rojo y azul,
con la hermosa calma.

2 comentarios:

silviabeatrizjuncos dijo...

me encantó! qué buena vida! qué bueno que la disfrutes! besos!

Bea dijo...

La disfruto mucho!!! Gracias ma :)