Soy del desierto
y siento en mi sangre el viento y la soledad
del árbol que crece a pesar de la inclemencia,
hacia el sol y hacia el este,
pero firme en esta tierra.
Mis sueños vuelan entre canales y montañas
entre álamos verde y plata
con el frío de Julio en los huesos
con el calor de Enero en la piel.
Soy del desierto y vuelvo
porque necesito tu aire
tu horizonte claro en mis ojos de tierra
que aprendieron a desear en su infinitud.
Caminos de tierra y canto rodado forjaron mi andar
de paso constante, de paso firme,
de aire desperocupado, de aire de convicción.
Nací de tu tierra de dura entraña
y allí regreso eternamente
porque tengo la raíz firme
y la frente hacia el Sur.
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