viernes, junio 14

Que me digas que no

Que me digas que no
Con las agujas de hielo y sal clavándome la piel
De tus ojos un horror, un sabor amargo
De mí, la savia derramada, las gotas de furia
No sé.

Que me digas lo mismo
Una y otra vez
Que no quiero oírte más
Que los pedazos que junto cada vez tienen menos sentido.
Que igual te amo.

Que me digas que yerro
Que las rocas revientan en el rostro
Arrancando sueños,
¡No!
No volverás a encontrarme sentada a tus pies
Escuchando tus blasfemias tan repletas de escarcha.

Que no es por mí, sino porque no entiendo.

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