domingo, septiembre 4

Frikis

1

Este lugar es calmo. Pausado. Me gustan las siestas en que quiero dormir y realmente puedo hacerlo. No me gustan las noches en que quiero hacer algo y realmente no puedo hacerlo. Odio la falta de distracción. Horizonte. Árbol. Casita. No librería. No gente estrambótica. No cafés. No espectáculos. ¿Qué hace la gente?

Bueno, la gente pierde el tiempo de las siguientes formas por aquí: toma mate. Mucho mate. Se levanta, toma mate, prepara la comida, toma mate, termina de comer, duerme la siesta y toma mate al levantarse. Llegan los niños de la escuela y toma mate. Vienen las visitas y toma mate hasta la nochecita que hay que cocinar. Mientras tanto toma mate.

Otra: Charla. La gente charla con el que amanece, después va a la panadería y charla con el panadero, luego compra la carne fresca y charla con el carnicero, llega a la casa y con la vecina charla, llaman por teléfono y charla mientras arregla para juntarse a charlar más tarde. En el almuerzo charla mientras mira tele, y después siestita hasta las cuatro que se levanta para charlar con las visitas. Hasta que cena y se acuesta.

Ni pensar en las combinaciones. Charlas con mates o mates con charla es una institución multisituada. La verja, la plaza, el puente, la otra placita, tu casa, mi casa, la de pepe que hace mucho que no vemos, la escuela, la oficina, la fila del pago fácil que siempre se llena.

Mientras tanto los libros se llenan de tierra, los actores se duermen una siesta, los granos del café se enmohecen, Shakespeare ¡¿Qué?!, los frikis se sacan los brillos y colores y duermen en la plaza donde nadie los ve.

2

Cuando yo era chica me crucé con unos cd’s. Eran de Rata Blanca. Y los escuché, primero con la cara arrugada, después otro poquito más y se me pelaron los cables. Y resulta que tenía un novio que tenía más música de esa. Y me prestó un cd de Luca Turili. Me morí de gusto. Yo deliraba con esas composiciones tanto como con Beethoven (que antes me encantaba) o como con el Barroco. Pero un buen día me separé de este noviecito. Y la próxima vez que vi un cd de Luca Turili fue en el 2003, más de cinco años después. En Buenos Aires, a 1200 km de distancia.

Se entiende.

No tribus urbanas.

3

Pasó un auto.

En Holanda salió el sol.

4

En definitiva lo que es bueno se valora. Pero más desde lejos que desde cerca.

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