miércoles, noviembre 27

Esos días

Qué me dirías si te dijera que esos días existen. Que estos días existen. Días de ira. De calamidad.

Quiera Dios acontecer como acontecen los bellos y mágicos momentos. Quiera Dios en su infinita misericordia volver sus ojos hacia este reducto de espacio que ocupo en los días finitos. 

Me quema la sangre en el deseo de curarte. Recordarte en cada pestañeo que Bea de Dios existe. Que no tiene dudas y que no pierde el tiempo pensando la incertidumbre. Que va. Que habla de sus pasiones. Que nombra lo que le duele sin quebrarse. Y cuando se quiebra se ama. Se maravilla de su propia fragilidad. Mirá. Soy humana, dice. 

Eso es hermoso. Y duele. Y es verdad. Y sigo acá. Porque no vine por mí, no vine para pasarla bien, aunque me la paso bien bastante. Vine por otra cosa. Todavía no sé. Pero no me voy. Porque yo lo voy a encontrar y lo voy a elevar. La razón, el método, algo. 

Espiando por el huequito que Dios me dejó. 

Amar es para siempre. 

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