Siento.
Agua.
No sé.
La llama caliente. Perfora la herida. Eso. Ya no podía convivir con ella y le pedí al universo que queme mi herida para cauterizarla.
Pensé que era herida de muerte pero aquí estamos más vivas que nunca después del inmenso dolor, el inmenso fruto y el inmenso deseo.
Cauteriza mi herida y ahora corre el agua porque sigue quemando. Acá en la pierna. Ya no podía ni caminar con mis propias piernas. Bueno, estas piernas recuperadas ya no son del todo mías, son de la comunidad. Dicen aquellos que del cuerpo de Cristo y yo gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Del cuerpo de Cristo. Tomá, son tus piernas. Caminemos hacia la fe.
Prenderse fuego y vivir. Eso es de fénix.
Habla para que veas el vicio de tus alas, me dijo.
A veces me habla.
A veces no entiendo.
Habla, me dijo, así, en neutro. No es argentino.
Pero ¿cómo que no es argentino?
Hace muchos años me dijo clarito: la verdad está donde estés dispuesto a verla. Hago lo que se me canta y me acompañarán, pensé yo. Tenía un par de verdades a la mano y era una relativista.
Hoy no sé si tengo alguna. Siento que más bien me las extirparon. Porque, como decimos todos los que llegamos hasta acá, tiene que haber otra manera.
Seguramente que hay varios estratos y estoy mareada porque busco una coherencia, una consistencia interna y entonces pierdo. Esto debo dejar en el altar. Mi mente bonita, mi lógica inmaculada, te las entrego junto con todo lo que vos digas que tengo que entregar. Mostrame más.
A qué te suena locura. Falta de lógica y correspondencia. Sabes qué es locura??? Este mundo nefasto!!!! Y sabés en qué creo yo??? En que el único que puede solucionarlo es Dios!!!
Creo en Dios. Y en su hijo Jesús. Creo en el perdón de los pecados. Creo que podemos salir de este sueño nefasto entregándonos a la consciencia de Dios. Hagamos un puente. Como dijo Cerati. Yo ya entendí que no entiendo nada. Ya sé que no sé nada. No pretendo más entender ni saber. Sólo conectar. Cruzar el puente.
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