viernes, septiembre 19

Descúbralo: la biología y sus mentiras

Qué maldito juego de la biología habernos dado la posibilidad de racionalizar, de producir conocimiento para darnos cuenta que somos tan animales. Y perdernos en la búsqueda del sentido...porque somos animales y las hormonas condicionan y determinan nuestro sentir.
Cómo atribuirle un sentido trascendente a mi deseo. Cómo seguir comiendo, respirando. Cómo seguir leyendo, y deseando. Nunca sabré el porqué. Nunca se me va a revelar el sentido. Nunca seré más que un animal. ¿Por qué lo sigo deseando? ¿Por qué mi pensar sigue buscando un sentido trascendente?
Mentiras: Que la razón da las respuestas, que el método es la manera de encontrar la verdad. ¿Y la verdad del cuerpo? Ni la razón ni el método me sirven para esto. ¿Por qué la cabeza sigue haciendo razonamientos lógicos para entender algo inabordable desde la razón?. La razón dice que soy un animal. Y yo contemplo. Y eso no es animal. ¿O sí? Yo contemplo y sufro mi propia existencia absurda. Qué maldita contradicción tener una existencia absurda y que la capacidad me alcance sólo para lamentarme por ello. Quiero ser polvo y trascender la hormona. Qué sería entonces? Quizás sería tan distinta porque no podría sentir cómo me laten las venas en la cara cuando él se acerca. Y los pulmones comprimidos cuando me toca por primera vez una mano.
¿Por qué hay más conexiones en el cerebro que átomos en el universo? Esa es la desgracia número uno en esta historia.
Sin la pasión humana, el universo es una sincronía sin sentido.
Cuando estoy con alguien, no escribo. Escribir me hace feliz, me satisface. ¿Placer amoroso o cognitivo?

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