viernes, septiembre 19

Mejor digamos que el amor no existe

De dónde nos viene la nostalgia? Nostalgia de qué? De dónde saldrán esas ideas y recuerdos que parecen arrastrados por el romanticismo, y un recuerdo qué? Ancestral? Tiene que ver con la sangre? De dónde puedo sacar yo una nostalgia de los años 80, con ideas supranacionalistas de hermandad con la humanidad y paz y música? Menos aún, de dónde podía sacar yo una nostalgia de valores antiquísimos, como el honor, la solemnidad, el valor de la verdad sobre todas las cosas, la justicia de sangre, no sé.
Probablemente haya ciertas energías dando vueltas por ahí, como a veces pienso, que son un cuerpo organizado no tangible pero eficaz, que nos trae estas nostalgias. Y Cómo nos elige? Pues es nuestra propia energía particular que atrae ciertas otras en particular, no cualquiera. No puedo absorber cualquier idea, no con este corazón y esta cabeza, y este carácter. Mi esencia? Qué va, dijimos que no existe. Quéeee, que nos lleva por las narices, ahí queremos ir, quiero sentir eso, el honor, el amor inefable, la hermandad con el mundo...mi espíritu tiende a eso, no se conforma con el placer material, nunca. La sola idea es martirizante.. No me conformo con la idea de que el amor no existe. Pero puedo entender que no existe, está claro, empíricamente comprobado, y no tengo ganas ni fuerza para volver a comprobarlo. O es que simplemente no quiero sufrir? Por amor? Qué estúpido suena. Mejor digamos que el amor no existe. Pero el sexo sin amor no satisface. Prefiero vivir la vida martirizándome con esta nostalgia a conformarme con la existencia puramente material. Martirizarme tiene más sentido. Quiero el sentido con todas mis fuerzas, pero no quiero ser engañada. Mi cabeza me engaña! Qué hacer con la cabeza. Parecía tan objetiva y eficaz...pero no, qué va, es tan tonta como el corazón.

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